Caminando con los Q’Eqchi’ en Guatemala

El escenario

Los Q’eqchi’ del noreste de Guatemala y el sur de Belize suman alrededor de un millón y son unos de los más de 21 grupos indígenas descendientes de los Maya en Centroamérica. Viven en el altiplano montañoso y las selvas tropicales y se dedican principalmente a la agricultura de subsistencia con una larga historia de opresión a manos de los conquistadores españoles y los terratenientes del día de hoy. Como el tercer grupo indígena más grande de Guatemala, los Q’eqchi’ han sido capaces de mantener su identidad cultural y lingüística más que muchos otros grupos más pequeños o urbanizados.

La presencia misionera y la espiritualidad Q’eqchi’

Los misioneros de la misión menonita de Este llegaron al área Q’eqchi’ en 1968 y comenzaron el lento proceso aprendizaje del lenguaje y la cultura. Lograr superar la sospecha hacia los extranjeros y ganar la aceptación de la comunidad no sucedió enseguida. Según desarrollaron relaciones con los vecinos y conocieron las necesidades del área, también iniciaron proyectos de desarrollo agrícola, salud y educación. Mucho tiempo fue invertido en acompañar a los amigos en la siembra tradicional del maíz y otros eventos comunitarios. No fue hasta el 1972 que se bautizó a los primeros creyentes y así se marco el comienzo de un movimiento de plantación de iglesias que hoy ha crecido a 125 congregaciones.

No nos requirió mucho tiempo el darnos cuenta que los Q’eqchi’ son muy conscientes del mundo espiritual. Su cosmovisión principal es una en la cual los espíritus principales se personifican en las montañas y las colinas que rodean su hábitat tradicional. Las largas, frecuentes y fervientes oraciones eran parte de su vida diaria mucho antes de que vinieran los misioneros. Se les oye orar en voz alta cuando se despiertan por la mañana y antes de acostarse. La conexión de 500 años con el catolicismo los ha dejado con una expresión sincretista que hace que sea común oír referencias a Jesús, Santa María y el dios local de la montaña todo en la misma oración. Oran para pedir permiso para hacer cualquier actividad para así no ofender a los espíritus ligados a esa actividad. Oran para pedir protección de los espíritus caprichosos y a veces malignos que vagan en su medio ambiente.

Los misioneros han aprendido mucho y han desarrollado la humildad por el profundo conocimiento que los Q’eqchi’ tienen acerca de lo espiritual y por su fervor religioso. Me acuerdo del día que un joven me dijo a mi , el misionero, “ Hermano, ¿no cree que debemos orar antes de comenzar esta actividad? O la vez que un pastor le dijo a mi esposa, que es enfermera, “hermana, cuando visitemos a los enfermos, por favor no comience a hacer preguntas acerca de la condición médica de la persona hasta después que hayamos orado.”

¿Quiénes son aquí realmente los verdaderos líderes espirituales?

El mensaje del evangelio y la cosmovisión Q’eqchi’

La perspectiva de la creación

“Alzaré mis ojos a los montes” Si, los Q’eqchi’ hacen esto todos los días. Es a los montes que oran. Es en las cuevas de los montes que se encuentran los lugares más sagrados y es donde se oran las oraciones más importantes. Es en los montes donde se siembra el maíz, la fuente de la vida. Es ciertamente en los montes donde se busca ayuda. Pero el Salmo 121 sigue diciendo ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.”Los creyentes Q’eqchi’ reclaman este salmo como uno escrito por ellos. El hecho de que ahora conocen al Creador de los montes tan preciados para ellos los ha llevado mas allá del temor a lo incierto con el cual antes vivían. El creador de los montes es bueno y “los guardará de todo mal y velará por ellos.” Este hecho los lleva a adorar y a ser agradecidos en una forma nunca antes experimentada.

El respeto por la naturaleza y la creación, que es parte de esta cosmovisión fundamental, tiene muchos aspectos positivos pero en mi opinión está basado tanto en el temor como en el respeto verdadero.Desde mi perspectiva, la versión bíblica de la creación, por ejemplo, provee una base más factible para el respeto de la creación. La realidad actual en Centroamérica, como en muchas partes del mundo, es que ni la cosmovisión fundamental ni la bíblica (si se le puede llamar así) han provisto los recursos necesarios para una concientización del cuidado por el ambiente. Como en todo lugar, la iglesia en medio de los Q’eqchi’ necesita continuamente enfatizar que tenemos un Dios bueno que ha creado un mundo bueno y nos ha encargado que lo cuidemos.

La fertilidad y la supervivencia

La siembra del maíz es el tiempo más sagrado y celebrado del año. Junto al festejo y la bebida de alcohol también se sacrifican animales y se hacen ceremonias complejas para apaciguar a los dioses de las montañas. Así que, ¿cómo pueden los creyentes sembrar maíz? Al principio de la estación de la siembra del maíz los creyentes hacen una gran fiesta como siempre la han hecho. Ahora sin embargo, en vez de ceremonias y bebida de alcohol pasan un rato gozosos en oración y adoración. Le piden al Dios Creador que bendiga las semillas, que mande la lluvia necesaria, y no deje que los animales salvajes se coman la cosecha.

Las enfermedades y las medicinas

En la cosmovisión tradicional las enfermedades son causadas por fuerzas espirituales. Alguien hizo algo malo o no hizo algo que debió haber hecho. Se cree que alguno puede causar la enfermedad de otro a quien quiera dañar. Aun después de ser creyentes por muchos años, muchos Q’eqchi’ mantienen una comprensión de las enfermedades desconocida para aquellos que tienen una perspectiva más bien secular o científica. El personal médico cristiano y los pastores entre los Q’eqchi’ han aprendido que es mas útil tratar de descubrir porqué la persona cree que está enferma. Estas indagaciones son importantes porque si se trata a una persona con medicina moderna cuando ésta piensa que su enfermedad se debe a fuerzas espirituales, lo mas probable es que no cooperará con el tratamiento y por ende, no se curará.

No es raro que una persona confiese que su enfermedad se debe al temor, una relación rota, un arranque de ira u otro problema en su vida. Esto provee una excelente oportunidad para aconsejar y orar con la persona acerca de estos asuntos. En un caso como éste, los Q’eqchi’ están tal vez más cerca de la visión bíblica de la persona como un todo, que aquellos de nosotros que por defecto tratamos toda sintomatología con medicinas.

Una manera efectiva de abordar el tema, usada por muchos pastores locales, especialmente cuando la persona cree que está bajo una maldición, es de no admitir ni negar la realidad de las creencias de la persona acerca de la fuente de su enfermedad. En lugar de ello, afirman que Dios es más poderoso que cualquier cosa que los haya enfermado. Es el poder de Dios que sana las enfermedades y, de la misma manera en que los curanderos tradicionales usan hierbas y encantos, Dios puede “tomar prestado” al doctor y su medicina para ayudar a los enfermos. El pastor entonces, ora con la persona regularmente y a la vez le ayuda y anima a recibir atención médica. Oran esperando que el Dios que los ama los oirá. Jesús dijo, “Pide y recibirás.” Los testimonies de sanidades y milagros son muy comunes.

En conclusión, nuestro trabajo entre los Q’eqchi’ ha consistido de muchos errores y esfuerzos desacertados, pero según hemos tratado de caminar humildemente entre ellos, el Espíritu Santo ha levantado un cuerpo vivo de creyentes quienes están interpretando el evangelio desde su propio contexto. Hemos estado allí en los años de guerra, opresión, y conflictos. Por necesidad no hemos participado en las cuestiones políticas que han afectado a los Q’eqchi’. Pero a través de nuestra presencia y actividades, hemos intentado conferirles poder para que sean dirigentes que puedan tratar con los asuntos que les afectan. Durante nuestro tiempo allí, muchas comunidades que antes habían estado controladas por terratenientes opresivos ahora están bajo el control del liderazgo y propiedad de los indígenas. Muchos pastores y líderes de iglesia que han sido entrenados en como resolver conflictos, frecuentemente están a la vanguardia en los esfuerzos por resolver los conflictos locales de sus comunidades.

La historia de la obra de Dios entre los Q’eqchi’, la cual comenzó en los siglos pasados, continuará. Nos hizo mas humildes haber caminado con ellos en esta estación de su jornada. Mi oración es que continúen descubriendo lo que significa vivir la vida de Jesús en su contexto y que sean fieles a su llamado.

Fue una bendición haber pasado los últimos 20 años en Alta Verapaz, Guatemala, aprendiendo la lengua y la cultura del pueblo Q’eqchi’. Trabajamos con la iglesia menonita Q’eqchi’, la cual fue comenzada hace más de 40 años por misioneros enviados por las misiones menonitas del este de Salunga, Pensilvania. La iglesia hoy día cuenta con 126 congregaciones y aproximadamente 10,000 miembros. La iglesia sirve a su comunidad a través del Centro de Educación Bezaleel, el cual es una escuela superior con 170 estudiantes internados y un programa de salud que provee cuidados básicos a cientos de aldeas rurales. Nuestro papel es caminar con los líderes que Dios está levantando aquí en medio de su pueblo. Eso quiere decir que entrenaremos a algunos, enseñaremos a algunos, oraremos por algunos, según los llevemos en nuestros corazones y aprenderemos con ellos lo que significa caminar con Jesús en esta parte del mundo.

NOTAS DE PIE

1Buscar Eastern Mennonite Missions’ website: http://emm.org/